Todo parece estar en orden: antivirus activo, firewall configurado, paneles en verde. Pero las amenazas más serias no siempre hacen ruido. A veces no hay malware, ni explotación directa. Solo una credencial olvidada, una tarea programada mal revisada o una herramienta legítima usada con otro propósito. Y mientras todo indica “normalidad”, el atacante ya puede estar dentro.
El Threat Hunting parte de una premisa incómoda pero realista: que el riesgo ya ha cruzado la puerta. No espera alertas, las anticipa. No reacciona, investiga. Busca señales débiles, patrones sutiles, comportamientos que las herramientas automáticas pasan por alto. Es una práctica silenciosa, metódica, guiada por la experiencia y la observación constante.
No se trata solo de prevenir incidentes, sino de ver lo que aún no ha sido visto. De reducir el tiempo de exposición, entender al adversario y actuar antes de que el daño sea visible. Porque en seguridad, lo más peligroso no es lo que sabemos, sino lo que decidimos no mirar.
¿Qué es el Threat Hunting y por qué está cambiando las reglas del juego?
En un entorno saturado de soluciones de seguridad automáticas —desde firewalls hasta EDRs que prometen detectar hasta el menor suspiro sospechoso— hay una realidad que cada vez más empresas empiezan a asumir: los atacantes ya no necesitan disparar una alerta para comprometer tus sistemas.
Ahí es donde entra el Threat Hunting.
Lejos de ser solo otra sigla de moda, el Threat Hunting es una práctica proactiva que parte de una suposición incómoda pero realista: el enemigo ya podría estar dentro. Y si es así, esperar a que suene una alarma es, en el mejor de los casos, una reacción tardía.
En lugar de confiar ciegamente en lo que detectan las herramientas tradicionales, el Threat Hunting busca activamente indicios de actividad maliciosa que se oculta entre el ruido. Se trata de explorar logs, telemetría, tráfico, procesos… con una mirada analítica y, sobre todo, con mentalidad ofensiva. No hay una única forma de definirlo, pero todas coinciden en lo esencial: buscar lo que nadie ha detectado todavía.
Según el NIST, es una forma de defensa activa, opuesta a la lógica reactiva del modelo tradicional. Su objetivo: detectar, aislar y neutralizar al adversario lo antes posible, antes de que logre escalar su impacto o afianzarse dentro del sistema.
¿Cómo funciona realmente?
Threat Hunting no se basa en firmas ni en reglas. Se basa en personas expertas formulando hipótesis: ¿Qué pasaría si alguien hubiera accedido con credenciales válidas? ¿Y si se estuviera moviendo lateralmente sin generar alertas? ¿Qué actividad pasaría desapercibida para un SIEM o un EDR?
Los hunters lanzan estas preguntas, investigan de forma metódica, correlacionan datos y exploran patrones débiles. A menudo se apoyan en inteligencia de amenazas y herramientas como SIEMs, EDRs o XDRs, pero no dependen de ellas. Usan la tecnología como linterna, no como piloto automático.
¿El resultado? Detecciones que no habrías obtenido por medios convencionales. Nuevas reglas para tus sistemas. Y una mejora tangible de tu postura defensiva, que no solo responde, sino que aprende activamente del adversario.
Threat Hunting vs. EDR, MDR y SOC: ¿En qué se diferencia?
Es fácil confundirse entre tantas siglas. Aquí va una guía rápida y directa:
- EDR (Endpoint Detection & Response): Son herramientas instaladas en endpoints (equipos, servidores) que monitorizan y responden a actividad maliciosa a nivel de dispositivo. Un EDR detecta comportamientos sospechosos (procesos anómalos, cambios en registros, conexiones inusuales) y puede bloquear o aislar endpoints automáticamente. Diferencia: El EDR opera principalmente de forma reactiva, generando alertas ante patrones conocidos o sospechosos; en cambio, Threat Hunting es proactivo, guiado por hipótesis humanas para descubrir ataques que el EDR por sí solo no haya identificado. De hecho, los hunters suelen utilizar los datos recolectados por EDR y otras fuentes para investigar más allá de las alertas, buscando patrones furtivos que pasaron inadvertidos.
- SOC (Security Operations Center): Es un equipo (interno o externo) que monitoriza continuamente los eventos de seguridad de una organización. Un SOC tradicional se apoya en SIEM, EDR, IDS/IPS y otras herramientas para gestionar alertas en tiempo real. Diferencia: Un SOC suele operar en modo 24/7 reaccionando a las alertas entrantes, clasificándolas y respondiendo incidentes. Muchos SOC incluyen cierta capacidad de investigación proactiva, pero el Threat Hunting dedicado va más allá, ya que no espera ninguna alerta: formula hipótesis de ataque y busca activamente evidencias en los sistemas. Algunos SOC maduros integran hunters en su personal (por ejemplo, threat hunters como un rol dentro del SOC), lo que mejora la capacidad de descubrir amenazas avanzadas. Sin embargo, en organizaciones donde el SOC está saturado con miles de alertas, es difícil que tengan el tiempo y enfoque que el Threat Hunting requiere, por lo que a veces se ejecuta como función separada.
- MDR (Managed Detection & Response): Es un servicio gestionado externalizado que combina tecnología y expertos para detectar y responder amenazas en una organización. Un proveedor MDR típicamente monitoriza los endpoints y la red del cliente con sus plataformas (EDR, SIEM, etc.) y un equipo remoto de analistas. Muchos servicios MDR enfatizan el Threat Hunting como parte de su propuesta, proporcionando búsqueda proactiva de amenazas e investigación de incidentes con personal especializado 24/7. Diferencia: El MDR es esencialmente outsourcing de la función de detección y respuesta, incluyendo hunts en muchos casos, mientras que Threat Hunting como tal es la práctica en sí. Es decir, puedes tener Threat Hunting in-house con tu propio equipo, o comprarlo como parte de un MDR. La clave es que el Threat Hunting (interno o mediante MDR) añade una capa proactiva que complementa las alertas automáticas, algo que ni un SOC tradicional ni una solución EDR por sí solos alcanzan plenamente.
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XDR (Extended Detection & Response) y otras siglas: XDR es una evolución tecnológica que integra múltiples fuentes (endpoints, red, email, nube) en una plataforma unificada para detección y respuesta. Aunque mejora la visibilidad correlacionando eventos diversos, sigue siendo principalmente tecnología de detección. Un analista humano o un hunter puede aprovechar XDR como herramienta para buscar señales anómalas en distintos dominios (endpoint, tráfico, identidades), pero la iniciativa de qué buscar y cómo correlacionar sigue recayendo en la hipótesis de Threat Hunting. En resumen, Threat Hunting puede apoyarse en XDR, SIEM u otras herramientas, pero no es reemplazado por ellas. Incluso con las mejores plataformas, se necesita la intuición humana para descubrir ataques sigilosos.
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No reemplaza, complementamente...
El Threat Hunting no sustituye tus defensas automáticas, las hace mejores. Cierra las brechas que las herramientas no ven. Suma inteligencia, contexto y visión ofensiva a tu defensa.
Un buen programa de hunting genera reglas nuevas, detectores más finos, mejores alertas. Y sobre todo: descubre lo que ya estaba pasando sin que nadie lo supiera. En QuantumSec, entendemos que la caza de amenazas no es una moda ni una funcionalidad más. Es la diferencia entre esperar un ataque o salir a buscarlo antes de que haga daño. Por eso, integramos el Threat Hunting en nuestros servicios con la misma filosofía que guía todo lo que hacemos: realismo técnico, visión ofensiva y obsesión por la anticipación.
Beneficios técnicos, estratégicos y operativos del Threat Hunting
Adoptar un programa de Threat Hunting aporta una serie de beneficios concretos en varios niveles:
- Detección de intrusiones avanzadas y zero-day: La ventaja más destacada es la capacidad de descubrir amenazas que han evadido los controles tradicionales. Los hunters pueden identificar actividad de malware furtivo (p. ej. fileless malware, que reside solo en memoria) o técnicas de Living off the Land (uso malicioso de herramientas legítimas del sistema) que no disparan alertas claras. Esto permite detectar y contener intrusiones mucho antes de que se conviertan en brechas graves. Por ejemplo, el reporte M-Trends 2024 de Mandiant reveló que en 2023 el tiempo medio que un atacante permanece sin ser detectado en una red (“dwell time”) cayó a 10 días, comparado con 16 días en 2022, señal de que las capacidades proactivas de detección han mejorado. Reducir ese tiempo es crítico para minimizar el daño: encontrar al adversario en días en vez de meses puede ser la diferencia entre un susto contenido y una filtración masiva. Los expertos destacan que los adversarios siguen buscando formas de ocultarse más tiempo (por ejemplo mediante zero-days), por lo que un programa efectivo de Threat Hunting es vital para contrarrestar esas técnicas de ocultamiento
- Menos falsos positivos y mayor precisión: Un beneficio operativo tangible es la mejora en la calidad de las detecciones. Al cazar amenazas de forma dirigida, el equipo afina qué buscar y cómo correlacionar datos, lo que suele derivar en alertas más precisas y contextualizadas. Estudios recientes indican que un buen programa de Threat Hunting logra detectar con mayor exactitud y reducir falsos positivos, optimizando el uso del tiempo de los analistas. En vez de que el SOC tenga que revisar miles de alertas irrelevantes, el hunting ayuda a enfocar en verdaderos positivos, elevando la señal sobre el ruido. Esto también mejora la moral y eficiencia del equipo de seguridad, al dedicar esfuerzo donde realmente importa.
- Visibilidad ampliada y cierre de brechas de seguridad: El proceso de hunting obliga a las organizaciones a conocer mejor su propia infraestructura y sus puntos ciegos. Al perseguir una hipótesis, el hunter puede descubrir, por ejemplo, que cierto tipo de logs no se estaba recolectando, o que una segmentación de red es insuficiente. En este sentido, la caza de amenazas ayuda a identificar brechas de visibilidad y fortalecer la monitorización. Frameworks como MITRE ATT&CK resultan muy útiles aquí, ya que proporcionan un mapa de técnicas del adversario y qué evidencias generan; los hunters pueden revisar cada técnica relevante para su organización y comprobar si tendrían forma de detectarla. Este enfoque sistemático permite mejorar la postura de seguridad global, agregando controles o telemetría donde haga falta para no dejar huecos explotables.
- Descubrimiento de vulnerabilidades y riesgos ocultos: En el camino de cazar amenazas, muchas veces se destapan configuraciones débiles o vulnerabilidades no parchadas en sistemas críticos. Por ejemplo, un hunter investigando movimientos laterales podría descubrir un servidor con un parche pendiente que facilita la intrusión. Así, el Threat Hunting también funciona como una revisión continua de seguridad que va más allá del escaneo de vulnerabilidades tradicional, al evidenciar rutas de ataque reales. Esto aporta información valiosa para priorizar remediaciones y cuantificar riesgos: la alta dirección puede ver, con evidencia, qué tan vulnerable estaba un activo clave frente a ciertas tácticas, y tomar decisiones informadas (invertir en reforzar X o Y control).
- Mejora de tiempos de respuesta y resiliencia: Al detectar amenazas en fases tempranas, es posible responder más rápido y con menos daño. Un programa de Threat Hunting bien integrado con la respuesta a incidentes acelera la contención: en cuanto el hunter confirma actividad maliciosa, se activan los protocolos de respuesta antes de que la situación escale. Esto reduce los recursos de remediación necesarios y limita el impacto operativo (menos sistemas comprometidos, menos datos exfiltrados, etc.). Además, la información recabada durante la caza se comparte con los equipos de respuesta y demás áreas, enriqueciendo la inteligencia interna. Con el tiempo, la organización se vuelve más resiliente, aprendiendo de cada cacería para prevenir futuros incidentes. Cabe destacar que estándares internacionales como ISO/IEC 27035 (gestión de incidentes) enfatizan la importancia de la detección proactiva; esta norma promueve una gestión proactiva de amenazas para mejorar la preparación ante incidentes y reducir el riesgo de brechas graves, alineándose perfectamente con los objetivos del Threat Hunting.
En resumen, el Threat Hunting aporta valor tanto táctico como estratégico (mejor postura global y procesos más maduros). No es casualidad que cada vez más organizaciones lo adopten formalmente: según una encuesta SANS 2024, más de la mitad de las empresas ya cuenta con metodologías claras de Threat Hunting y procedimientos para evaluar su efectividad, y un 37% incluso recurre a servicios externalizados para esta función. Los resultados se reflejan en la reducción de brechas, detecciones más tempranas y una seguridad más adaptable frente a adversarios en constante evolución.
Marcos de referencia y metodologías de vanguardia para una caza efectiva
Implementar un programa de Threat Hunting realmente eficaz requiere más que intuición o herramientas avanzadas. Requiere estructura, método y referencias sólidas. Hoy en día, los equipos más maduros se apoyan en una combinación de frameworks reconocidos y metodologías de vanguardia que han demostrado su valor en entornos reales. Aquí repasamos los pilares fundamentales para llevar el hunting a otro nivel:
Frameworks como MITRE ATT&CK
MITRE ATT&CK se ha convertido en el estándar de facto para mapear y entender el comportamiento de los atacantes. Su estructura basada en tácticas, técnicas y procedimientos (TTPs) permite a los hunters formular hipótesis concretas del tipo:
"¿Podríamos estar viendo signos de ‘Lateral Movement’ como la técnica T1021 en nuestra red?”
Además de ayudar a estructurar la búsqueda, ATT&CK permite mapear la cobertura actual de detecciones y detectar brechas. Por ejemplo, si ATT&CK documenta que ciertos ransomwares desactivan copias de volumen con vssadmin delete shadows, un hunter puede investigar si se ejecutó ese comando sin contexto válido. Esta taxonomía compartida facilita la comunicación técnica y estratégica, permitiendo incluso presentar hallazgos de forma comprensible para la dirección.
NIST y estándares internacionales
El NIST SP 800-53 Rev.5 ya incorpora explícitamente el control RA-10 "Threat Hunting", reconociendo esta práctica como parte formal de una estrategia de ciberseguridad robusta. El control establece la necesidad de mantener una capacidad de hunting definida, documentada y periódica. A su vez, normativas como la ISO/IEC 27035:2023 recomiendan la identificación temprana y activa de incidentes, reforzando el enfoque proactivo que el Threat Hunting representa. Incluir esta práctica en los procesos de seguridad no es solo recomendable: es una señal de madurez organizacional.
Metodologías de vanguardia: MaGMa y TaHiTI
En los últimos años han surgido enfoques específicamente diseñados para estandarizar y profesionalizar el Threat Hunting más allá de los marcos tradicionales. Entre ellos, destacan dos iniciativas clave:
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MaGMa (Maturity Assessment of a Guided Malware Hunting Approach)
Desarrollada por expertos en caza de amenazas avanzada, MaGMa es una metodología que permite evaluar la madurez y calidad de los procesos de hunting dentro de una organización. Define una serie de niveles y capacidades clave (desde generación de hipótesis hasta automatización de resultados), y establece una guía clara para pasar de un hunting informal a un programa profesional, integrado y medible. -
TaHiTI (Threat Hunting Methodology for TI)
TaHiTI propone una estructura operativa para planificar, ejecutar y documentar hunts. Se basa en ciclos iterativos de hipótesis, adquisición de datos, análisis, validación y mejora. Uno de sus aportes principales es fomentar una disciplina repetible y auditable, permitiendo que cada hunting contribuya a la inteligencia acumulada de la organización. También enfatiza la colaboración entre hunters, analistas y responsables de operaciones para cerrar el ciclo de retroalimentación.
Ambas metodologías se complementan y aportan un marco tangible para convertir el hunting en una práctica sostenible, escalable y alineada con los objetivos de negocio.
Telemetría: sin datos, no hay caza
La base de todo Threat Hunting es el acceso a datos ricos y confiables. Esto incluye logs de endpoints, eventos de red, registros de autenticación, trazas de cloud y flujos de DNS. Idealmente, todo esto centralizado en un SIEM bien configurado o un lago de datos seguro. La tendencia actual apunta también a enriquecer esta telemetría con análisis avanzados, big data y herramientas con IA/ML que permiten detectar patrones difíciles de ver a simple vista. Sin embargo, la validación humana sigue siendo crítica: la máquina sugiere, el analista decide.
Hunting continuo vs. hunting por campañas
Una diferencia estratégica importante es entre realizar hunts puntuales —como proyectos aislados— o establecer un modelo de hunting continuo. El enfoque continuo permite detectar amenazas con mayor rapidez y reducir las ventanas de exposición. Se trata de asumir que el compromiso puede estar ocurriendo en este momento, y que solo una vigilancia proactiva y sostenida permitirá detectarlo antes de que escale. Si bien este enfoque demanda más recursos, los resultados justifican el esfuerzo, especialmente cuando se integra con automatización y procesos de inteligencia.
Inversión y compromiso: lo que realmente exige un programa de Threat Hunting eficaz
El Threat Hunting no es una herramienta más. Es una capacidad estratégica que transforma cómo una organización detecta y neutraliza amenazas avanzadas. Pero ponerlo en marcha con éxito requiere inversión real y compromiso sostenido. No solo en tecnología, sino también en talento, tiempo y cultura organizativa.
Talento especializado: lo más difícil de conseguir… y lo más valioso
Ninguna tecnología sustituye al criterio humano. Un threat hunter eficaz combina experiencia en ciberseguridad ofensiva y defensiva, pensamiento analítico y, sobre todo, una curiosidad implacable por descubrir lo que no es evidente. Este perfil no es fácil de encontrar: el mercado está saturado de ofertas, y la demanda supera con creces a la oferta.
Algunas organizaciones optan por formar talento interno apasionado, mientras otras recurren a proveedores especializados. Según SANS, en el 40% de las empresas el propio CISO está directamente involucrado en el desarrollo de metodologías de hunting, lo que subraya la importancia estratégica del rol. Para retener a estos perfiles, hay que ofrecerles algo más que un salario: tiempo para investigar, formación continua, certificaciones y un entorno que valore su trabajo.
Tecnología y datos: la munición del hunter
Aunque el hunter lidera la búsqueda, necesita herramientas a la altura. Esto implica invertir en plataformas EDR avanzadas, SIEMs potentes, motores de búsqueda de logs, herramientas forenses y, en muchos casos, almacenamiento masivo para telemetría histórica. Cuanto más amplio y estructurado sea el acceso a datos, mayor será la capacidad de descubrir patrones furtivos.
Además, la inteligencia de amenazas externa (feeds de IoCs, informes sobre actores) permite enriquecer el análisis y contextualizar lo que se encuentra. Muchas herramientas ya forman parte del stack de seguridad tradicional, pero el Threat Hunting requiere extraerles su máximo potencial y, en ocasiones, ampliar sus capacidades (por ejemplo, para guardar más tiempo de logs o añadir módulos de búsqueda avanzados).
Tiempo y continuidad: el recurso más subestimado
El hunting no es una auditoría puntual ni un proyecto con fecha de fin. Es una práctica continua, que requiere tiempo y concentración. Una sola hipótesis de compromiso puede llevar días en planificarse, ejecutarse, analizarse y documentarse correctamente. Si el equipo de seguridad está atrapado en tareas reactivas todo el día, simplemente no puede hacerlo.
La dirección debe entender esto y proteger ese tiempo. Programar hunts regulares (por ejemplo, una al mes) y medir sus resultados permite justificar el esfuerzo. Muchas organizaciones empiezan con un alcance limitado —por ejemplo, solo endpoints Windows— y escalan al ver el valor. De hecho, cerca del 50% de las empresas planean aumentar su presupuesto de hunting en más de un 10% en los próximos dos años, reflejando su impacto estratégico.
Alineamiento con la estrategia: sin integración, no hay impacto
Un hallazgo de Threat Hunting solo sirve si alguien actúa sobre él. Por eso, el éxito depende tanto del hunter como de los equipos que lo rodean. El área de TI debe colaborar cuando se necesita acceso o verificación. El equipo de respuesta debe estar preparado para investigar y contener rápidamente. Y la dirección debe entender los informes, apoyar sus implicaciones y tomar decisiones.
Cuando el Threat Hunting se alinea con la gestión de riesgos —por ejemplo, focalizándose en APTs que amenazan la industria concreta de la organización—, el valor es evidente. En sectores regulados, además, demuestra madurez en seguridad y puede facilitar auditorías o certificaciones.
El valor de un enfoque personalizado: el diferencial de QuantumSec
Hoy en día, muchos proveedores de seguridad ofrecen servicios de Threat Hunting. Pero no todos lo hacen igual. La mayoría se apoyan en modelos “masificados”, donde los analistas procesan grandes volúmenes de datos aplicando listas genéricas de IoCs, sin distinción real entre un cliente y otro. Aunque este enfoque puede detectar ciertos patrones conocidos, suele generar ruido innecesario y rara vez llega a detectar amenazas dirigidas o sofisticadas, que requieren una mirada más específica.
Ahí es donde QuantumSec marca la diferencia.
Nuestro servicio de Threat Hunting no es genérico, ni automatizado, ni superficial. Es profundamente personalizado, diseñado para adaptarse al entorno de cada cliente, a sus riesgos reales, a su infraestructura específica y a los actores que probablemente lo tengan en la mira. No se trata de ejecutar queries estándar en un SIEM, sino de entender realmente qué vale la pena buscar y dónde tiene sentido mirar.
Una cacería hecha a medida
En QuantumSec, los hunters no aplican recetas predefinidas. Antes de cada hunting, nos sumergimos en la realidad de tu organización: cuáles son tus activos críticos, qué tecnologías utilizas, qué procesos internos podrían ser vectores de ataque, y qué tipo de adversario es más probable que te tenga en el radar. Sobre esa base, generamos hipótesis concretas, alineadas con tu contexto y no con un playbook genérico.
Este enfoque permite priorizar con precisión: evitamos alertas vacías y nos enfocamos en patrones que tienen sentido dentro de tu red, tu sector y tus riesgos reales. La calidad de los hallazgos aumenta exponencialmente porque se parte de un conocimiento profundo del entorno.
Tiempo, foco y profundidad: las claves del hunting real
Otra diferencia crítica es el foco. En lugar de asignar un analista a decenas de clientes al mismo tiempo —como sucede en servicios gestionados estándar—, en QuantumSec dedicamos tiempo y recursos reales a cada hunting. Esto permite que los analistas no solo detecten, sino que también puedan investigar con rigor, reproducir ataques en laboratorio si hace falta, y entender las huellas exactas que deja un adversario avanzado.
La caza de amenazas no es un ejercicio de velocidad, sino de precisión. Y para que un hallazgo sea realmente útil, hay que ir más allá de lo evidente y seguir cada pista hasta el final.
Resultados accionables, no solo detecciones
Un servicio de Threat Hunting personalizado no termina en un listado de alertas. En QuantumSec entregamos informes claros, contextualizados y accionables, acompañados de sesiones de revisión donde explicamos qué se encontró, cómo se encontró y qué hacer al respecto. Además, si detectamos debilidades estructurales —configuraciones laxas, segmentación insuficiente, errores de diseño— proponemos recomendaciones estratégicas para mejorar la arquitectura de seguridad.
Esto convierte cada hunting en una oportunidad real de aprendizaje y mejora. No solo detectamos amenazas: ayudamos a prevenir las futuras.
Metodología con rigor, sin rigidez
La personalización no significa improvisación. Trabajamos con marcos sólidos como MITRE ATT&CK, ISO/IEC 27035 o TaHiTI, pero los aplicamos con flexibilidad, adaptando cada metodología al terreno concreto. Es un equilibrio entre técnica y criterio: rigor metodológico sin caer en automatismos.
Lo que realmente entregamos: visibilidad, contexto y tranquilidad
Cuando el hunting es genuino, no solo se cierra una brecha técnica. Se gana en visibilidad operativa, en madurez de procesos, en capacidad de respuesta. Para un CISO, saber que hay un equipo experto buscando proactivamente lo que las herramientas automáticas no ven, es mucho más que un servicio: es tranquilidad estratégica.
Conclusiones: Pasar del ruido a la anticipación
En un escenario donde los ataques avanzan en sigilo, y donde los indicadores tradicionales ya no bastan, el Threat Hunting bien ejecutado no es opcional: es la forma más eficaz de detectar lo que está oculto antes de que sea tarde.Sí, requiere inversión. Pero es una inversión inteligente: enfocada, gradual y que se puede escalar. Organizaciones maduras ya lo han entendido. Lo están integrando no como un complemento, sino como una pieza clave de su estrategia de resiliencia cibernética. Si tu empresa aún no cuenta con esta capacidad, ahora es el momento. Empieza evaluando:
- ¿Tienes visibilidad real sobre lo que ocurre en tus sistemas?
- ¿Cada cuánto se hacen búsquedas proactivas?
- ¿Tus equipos tienen el tiempo, el enfoque y la experiencia para hacerlo a fondo?
Y si no tienes todas las respuestas, considera apoyarte en quien sí. En QuantumSec te ayudamos a iniciar, mejorar o escalar tu capacidad de Threat Hunting. Con metodología, experiencia y un enfoque humano que se involucra en tu realidad técnica y de negocio.
¿Listo para cazar antes de que te encuentren?
Ponte en contacto con nosotros. Podemos comenzar con un assessment dirigido en un entorno crítico, o diseñar un programa completo para tu empresa.
La próxima amenaza ya está en marcha. Que no te encuentre mirando al dashboard.
QuantumSec. Cazamos lo que otros no ven