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Guerra Multidominio y Mosaico: El Nuevo Pensamiento Militar Estadounidense - Guillermo Pulido Pulido

10 de mayo de 2025 por
Guerra Multidominio y Mosaico: El Nuevo Pensamiento Militar Estadounidense - Guillermo Pulido Pulido
Quantumsec

La obra Guerra multidominio y mosaico. El nuevo pensamiento militar estadounidense (Ed. Catarata, 2021) presenta un panorama exhaustivo de la revolución doctrinal y tecnológica gestada en Estados Unidos a partir de 2014. El autor describe cómo está emergiendo un nuevo modo de hacer la guerra, basado en unidades en enjambres de robots, operaciones multidominio y diseños de fuerza en mosaico, como respuesta a la erosión de la ventaja militar occidental por el progreso de potencias como China, Rusia o Irán. En noviembre de 2014 el Pentágono lanzó la Tercera Estrategia de Compensación, marcando el inicio de profundos cambios teóricos y doctrinales destinados a mantener la superioridad tecnológica militar estadounidense. A continuación se ofrece un análisis detallado del libro, incluyendo un resumen capítulo por capítulo, la explicación de conceptos clave, una visión crítica del enfoque del autor, la recepción e impacto de la obra en el ámbito estratégico hispano, y una comparativa con doctrinas de EE.UU., China y Rusia.


Guillermo Pulido Pulido es politólogo, investigador especializado en pensamiento estratégico y transformación militar contemporánea. Doctor en Ciencia Política, ha centrado su trabajo académico en el estudio de las doctrinas emergentes en defensa, con especial atención a Estados Unidos y Asia-Pacífico. Además de su faceta como divulgador, ha colaborado con centros de estudios estratégicos y publicaciones especializadas, convirtiéndose en una de las voces más autorizadas en el ámbito hispanohablante sobre las nuevas formas de guerra basadas en autonomía, multidominio y revolución tecnológica.


De la zona gris al enjambre: recorrido completo por el texto

El libro Guerra Multidominio y Mosaico, escrito por Guillermo Pulido Pulido y publicado en 2021 por Los Libros de la Catarata, representa uno de los estudios más ambiciosos en lengua española sobre la transformación doctrinal del pensamiento militar estadounidense en el siglo XXI. Pulido, politólogo y experto en estudios estratégicos, examina cómo Estados Unidos ha redefinido su forma de concebir y ejecutar la guerra a raíz del declive de su ventaja tecnológica tradicional frente a potencias como China y Rusia. Esta transformación conceptual tiene como eje la llamada Tercera Estrategia de Compensación, lanzada en 2014 por el entonces Secretario de Defensa, Chuck Hagel. Inspirada por figuras como Robert Work y think tanks como el CSBA, esta estrategia buscaba consolidar una nueva superioridad militar mediante el uso intensivo de tecnologías emergentes como inteligencia artificial, robótica, autonomía, redes distribuidas, guerra electrónica, ciberdefensa y armamento hipersónico.

Pulido traza el origen histórico e intelectual de esta revolución doctrinal, remontándose incluso al pensamiento del mariscal soviético Nikolai Ogarkov, quien en la década de 1980 ya anticipaba una “revolución en los asuntos militares” basada en el uso de sistemas de precisión, drones y mando digitalizado. Esta contextualización le permite al autor enmarcar la evolución del pensamiento militar estadounidense como un proceso de larga duración, que transita desde la estrategia de disuasión nuclear de los años cincuenta, pasa por la superioridad tecnológica de los noventa y llega a un presente en el que la guerra se extiende a todos los dominios, incluida la información, el ciberespacio y el espacio exterior.

Uno de los conceptos clave que aborda la obra es el de “zona gris”. Lejos de reducirlo a una simple zona intermedia entre paz y guerra, Pulido lo define como una forma de competencia estratégica que utiliza herramientas políticas, económicas, cibernéticas e informativas, muchas veces bajo el umbral de una respuesta militar convencional. Los actores que operan en la zona gris buscan forzar el statu quo mediante una escalada controlada, con tácticas ambiguas que eviten una guerra abierta, pero que resulten efectivas. Ejemplos como la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014 o las actividades chinas en el Mar del Sur de China ilustran este tipo de conflictos. Además, el autor introduce el concepto de “competición de salvas”, es decir, enfrentamientos limitados que se resuelven mediante el intercambio de misiles o drones, sin necesidad de despliegues masivos de tropas, reflejando una guerra cada vez más remota, automatizada y precisa.

A partir de esta lectura estratégica, Pulido examina cómo cada rama de las Fuerzas Armadas estadounidenses ha incorporado la doctrina de guerra multidominio. El Ejército de Tierra (US Army) ha desarrollado nuevas estructuras como las Fuerzas de Tareas Multidominio (Multi-Domain Task Forces), integradas por unidades especializadas en inteligencia, guerra electrónica, operaciones cibernéticas y espaciales, capaces de operar en todos los dominios de manera simultánea. Estas fuerzas están pensadas para enfrentar amenazas de pares cercanos como China o Rusia y se han desplegado experimentalmente en el Indo-Pacífico y en Europa. Además, el Army impulsa el programa “Big Six”, que engloba seis áreas prioritarias de modernización, incluyendo artillería de largo alcance, vehículos de combate de nueva generación, aeronaves avanzadas, redes de mando y control resilientes, defensa aérea integrada y mejora de la letalidad individual del soldado. Todo esto bajo la coordinación del Army Futures Command, creado en 2018.

Por su parte, el Cuerpo de Marines (USMC) ha adoptado la doctrina EABO (Expeditionary Advanced Base Operations), que implica reorganizarse en pequeñas unidades móviles capaces de establecer bases avanzadas en islas o litorales estratégicos, negando al adversario el uso de ciertas zonas marítimas mediante el despliegue de misiles antibuque y sistemas defensivos. Estas bases, difíciles de localizar y atacar, se integran con las operaciones navales distribuidas de la Marina (US Navy), que ha adoptado conceptos como “Distributed Lethality” para dispersar su poder ofensivo en múltiples plataformas más pequeñas, incluyendo buques no tripulados, y complicar así la planificación enemiga. A su vez, la Fuerza Aérea (USAF) ha profundizado en la integración aérea-cibernética-espacial con iniciativas como el programa JADC2 (Joint All-Domain Command and Control), que busca enlazar todos los sensores, plataformas y sistemas de armas en una red común que acelere el ciclo de decisión militar. También ha desarrollado conceptos como el uso de cazas tripulados acompañados de drones autónomos leales (loyal wingmen) y enjambres de sistemas aéreos no tripulados para superar defensas avanzadas.

En este contexto, uno de los ejes centrales del libro es la explicación del concepto de “guerra mosaico”, formulado por la agencia DARPA. Se trata de una forma de combate basada en la modularidad y la interoperabilidad de múltiples sistemas pequeños y económicos, como drones, sensores, municiones inteligentes, nodos de comunicaciones o plataformas no tripuladas, que pueden combinarse de manera flexible para adaptarse a cada misión. A diferencia de los sistemas monolíticos tradicionales (portaaviones, cazas de quinta generación), el enfoque mosaico prioriza la flexibilidad, la redundancia y la capacidad de recomposición rápida ante fallos o pérdidas. La analogía utilizada por los diseñadores de DARPA es la de un mosaico artístico: cada pieza individual tiene una función limitada, pero combinadas forman una imagen compleja y eficaz. Esta forma de concebir la guerra permite generar múltiples efectos simultáneos en distintos puntos del campo de batalla, colapsando los ciclos de decisión del enemigo y creando un entorno táctico no lineal.

La guerra mosaico implica también un cambio en la lógica industrial-militar: permite iterar y desplegar soluciones tecnológicas más rápidamente, reducir costes y democratizar la innovación. Programas como Skyborg (drones modulares de combate autónomos) son ejemplos concretos de esta filosofía. No obstante, Pulido reconoce que su adopción plena enfrenta obstáculos institucionales como la rigidez burocrática del Pentágono, los procesos de adquisición y presupuestación lentos, y la dependencia de sistemas heredados que acaparan el gasto. Propone que Estados Unidos debe reformar su ecosistema industrial y sus procedimientos para mantenerse por delante en la carrera tecnológica contra China. En esta carrera de regímenes técnico-militares, cada potencia compite por imponer un nuevo paradigma operativo y doctrinal. La guerra mosaico es la apuesta estadounidense por mantener la iniciativa, frente a la estrategia china de saturación con misiles, enjambres y antiacceso.

En la parte final de la obra, Pulido se adentra en la guerra en enjambre (swarm warfare), que considera una de las formas más probables de combate futuro. Define el enjambre como el ataque coordinado y simultáneo de gran número de unidades autónomas o semiautónomas desde múltiples direcciones, capaces de adaptarse en tiempo real y abrumar las defensas enemigas. Inspirado en estudios de Sean Edwards y en las teorías de Arquilla y Ronfeldt (RAND), el autor plantea que esta forma de combate representa una evolución respecto a las guerras de masa o de maniobra: ahora se trataría de guerras de nodos interconectados, distribuidos, inteligentes, que se comportan como un superorganismo. La inteligencia colectiva del enjambre permite generar efectos desproporcionados con medios simples y baratos. Las ventajas del enjambre incluyen la dispersión del riesgo, la resiliencia del conjunto ante la pérdida de unidades individuales, y la capacidad de generar dilemas operacionales constantes al adversario.

Pulido también discute los métodos para contrarrestar enjambres, como el uso de armamento de energía dirigida (láseres), guerra electrónica, e incluso enjambres defensivos. Además, introduce el concepto de “guerrilla de robots”, donde pequeños sistemas autónomos actúan como insurgentes tecnológicos, realizando ataques sorpresa, infiltraciones o sabotajes con una flexibilidad y persistencia inéditas. Esta nueva forma de combate no solo exige rediseñar los ejércitos convencionales, sino también los modelos de mando, la logística, la protección de datos, la ciberdefensa y el control de autonomía.

En su conjunto, Guerra Multidominio y Mosaico es una obra que sintetiza con claridad y profundidad una serie de transformaciones doctrinales y tecnológicas que marcarán los conflictos del futuro. Pulido no se limita a describir conceptos, sino que los analiza desde una perspectiva estratégica y política, integrando historia militar, teoría de la guerra, innovación tecnológica y análisis institucional. Su enfoque es riguroso, bien documentado y pedagógico, lo que convierte al libro en una referencia indispensable tanto para especialistas en defensa como para académicos, analistas y ciudadanos interesados en los desafíos de la seguridad contemporánea. Además, su publicación ha tenido un impacto notable en el debate estratégico en español, abriendo la puerta a nuevas líneas de investigación y formación en torno a la guerra del siglo XXI.


Fundamentos Estratégicos y Operacionales del Conflicto Futuro

Tercera Estrategia de Compensación

La denominada Third Offset Strategy es un plan estratégico formulado por el Departamento de Defensa de Estados Unidos a partir de 2014, con el objetivo de restablecer su ventaja militar ante competidores cercanos como China y Rusia. Es la tercera gran maniobra doctrinal diseñada para compensar asimetrías estratégicas: la primera se basó en la disuasión nuclear (años 50), y la segunda en superioridad tecnológica en sensores y guiado de precisión (años 70-80). Esta tercera apuesta se enfoca en la integración de tecnologías emergentes —como inteligencia artificial, robótica, sistemas autónomos, hipersónicos y computación avanzada— para afrontar entornos hostiles caracterizados por restricciones al acceso (anti-access) y negación de área (area-denial). El objetivo es proyectar poder en teatros complejos mediante fuerzas más ágiles, distribuidas, resilientes y letales, capaces de operar en dominios múltiples sin depender de la supremacía tradicional.


Zona Gris

El concepto de zona gris describe un espacio intermedio entre la paz convencional y la guerra abierta. No es una etapa previa ni una forma diluida de guerra, sino un modo específico de confrontación estratégica que utiliza ambigüedad, negación plausible y presión escalonada para evitar una respuesta militar directa. Las acciones en la zona gris combinan diplomacia coercitiva, operaciones de información, ciberataques, desestabilización política, paramilitarismo y manipulación económica, sin traspasar el umbral formal de la guerra. El objetivo es ganar terreno —físico, simbólico o político— sin desencadenar una escalada armada. Ejemplos paradigmáticos son las “fuerzas sin insignias” rusas en Crimea, las milicias marítimas chinas o las campañas de injerencia electoral mediante medios digitales. Esta forma de competición estratégica aprovecha la incertidumbre jurídica y el coste político de la guerra para rediseñar el statu quo sin disparar un solo misil.


Guerra Multidominio (MDO)

La guerra multidominio propone una integración operativa sin precedentes entre todos los espacios de confrontación: tierra, mar, aire, espacio, ciberespacio y espectro electromagnético. En lugar de campañas aisladas por dominio, esta doctrina aboga por efectos sincronizados y simultáneos en múltiples planos, lo que exige un nivel de coordinación tecnológica, doctrinal y estructural muy elevado. En un escenario multidominio, un ciberataque puede preparar el terreno para un asalto terrestre, mientras que una maniobra espacial puede neutralizar defensas aéreas. Esta concepción parte de la idea de que el adversario (especialmente China o Rusia) no respetará divisiones clásicas, sino que utilizará herramientas híbridas, escalonadas y transversales. Por tanto, la capacidad de “conectar los puntos” es más valiosa que la potencia individual de cada sistema. La implementación práctica de esta doctrina incluye redes de mando unificadas, plataformas interoperables y nuevas estructuras como las unidades multidominio del US Army.


Guerra Mosaico

El término Mosaic Warfare, desarrollado por DARPA, remite a un nuevo paradigma operativo basado en la modularidad táctica. En lugar de depender de sistemas pesados, caros y multifuncionales, propone desplegar una constelación de componentes simples, especializados y económicos que se ensamblan como un mosaico para cumplir funciones operativas. Cada “tesela” del mosaico puede ser un dron, un sensor, un sistema de comunicación o una plataforma de disparo. La fuerza reside no en el poder individual de cada elemento, sino en su capacidad de combinarse dinámicamente según el contexto. Esta arquitectura permite adaptarse mejor al ritmo del conflicto moderno, reducir costes, tolerar pérdidas y saturar las defensas enemigas. Su lógica responde al principio de dispersión inteligente: abrumar al enemigo con múltiples dilemas simultáneos, colapsando su capacidad de decisión. Además, se trata de una apuesta por un ecosistema industrial flexible, basado en la producción ágil de sistemas interconectables, en contraposición al modelo tradicional centrado en plataformas únicas con ciclos largos de desarrollo.


Guerra en Enjambre

La guerra en enjambre se basa en el despliegue coordinado de un gran número de unidades autónomas —como drones, robots o nodos cibernéticos— que actúan simultáneamente para abrumar las capacidades defensivas del enemigo. A diferencia de las formaciones militares jerárquicas, el enjambre opera como una red descentralizada donde cada unidad actúa con autonomía relativa, pero conectada al resto mediante inteligencia compartida. El resultado es una fuerza distribuida, flexible y redundante que golpea desde múltiples direcciones, satura sensores y defensas, y se reorganiza tras cada impacto. Esta lógica rompe con el modelo de concentración de fuerza para abrazar la superioridad por número, coordinación y velocidad. El enjambre es más difícil de predecir, localizar y neutralizar, y sugiere un cambio profundo en la ontología del combate: de la maniobra centralizada a la sincronización emergente. Es una forma de "guerrilla robótica" que puede operar incluso en contextos urbanos o dispersos, combinando ataques cinéticos con desinformación o ciberataques. Su eficacia depende de la conectividad y de la inteligencia artificial distribuida.


A2/AD (Anti-Access / Area-Denial)

A2/AD es un conjunto de doctrinas y tecnologías cuyo objetivo es disuadir o impedir que un adversario ingrese o actúe con libertad en una región determinada. Se basa en la integración de misiles de largo alcance, defensas aéreas, guerra electrónica, minas marítimas, sistemas antisatélite y capacidades cibernéticas. La idea es que cualquier intento de proyección de poder por parte del oponente resulte prohibitivamente costoso o ineficaz. China y Rusia han desplegado extensos cinturones A2/AD en el Mar del Sur de China, Kaliningrado y otras áreas estratégicas. Estos entornos están tan saturados de amenazas que limitan el movimiento y la iniciativa de las fuerzas occidentales. El desarrollo de la doctrina multidominio y la guerra mosaico surge como respuesta directa a estas burbujas defensivas, buscando formas no convencionales —como el uso de enjambres, plataformas furtivas o penetración cibernética— para desorganizar los nodos A2/AD y restaurar la libertad de acción operativa.


EABO (Expeditionary Advanced Base Operations)

El concepto EABO redefine el papel del Cuerpo de Marines estadounidense en el entorno Indo-Pacífico. Esta doctrina plantea el despliegue de bases avanzadas temporales en ubicaciones estratégicas, como archipiélagos o costas próximas a zonas disputadas. Estas bases ligeras, autónomas y móviles están equipadas con misiles antibuque, sistemas antiaéreos, sensores y capacidades cibernéticas que permiten disputar el dominio marítimo desde tierra firme. El propósito es erigir “fortalezas invisibles” que nieguen el acceso al adversario sin necesidad de grandes infraestructuras fijas. EABO combina flexibilidad táctica con efecto disuasivo: el enemigo debe enfrentarse a múltiples posiciones defensivas, ocultas y móviles, que no pueden ser eliminadas sin un alto coste. Es, en esencia, un método de “anti-acceso disperso” que complementa la doctrina naval distribuida de la US Navy. Requiere, además, una logística más ágil, mayor autonomía de decisión para unidades en el terreno y una integración total con redes de mando conjunto.


Big Six

El US Army definió seis áreas críticas para modernizar su fuerza terrestre ante los desafíos del siglo XXI. Estas prioridades, conocidas como las Big Six, son:

  1. Fuegos de precisión de largo alcance, para superar defensas A2/AD desde distancias seguras.
  2. Vehículos de combate de nueva generación, más letales, ligeros y posiblemente autónomos.
  3. Future Vertical Lift, una nueva familia de aeronaves de rotor más rápidas, furtivas y modulares.
  4. Redes tácticas resilientes, capaces de operar bajo guerra electrónica y entornos denegados.
  5. Defensa aérea y contra misiles, reforzando la protección de unidades en el frente y la retaguardia.
  6. Letalidad del soldado, con mejoras en armamento, visión, protección, sensores y entrenamiento.

Estos programas están coordinados por el Army Futures Command, creado para acelerar la innovación y romper los ciclos lentos del sistema tradicional de adquisiciones. En conjunto, las Big Six no solo buscan adaptar el Ejército a la guerra multidominio, sino restaurar su relevancia como fuerza decisiva en conflictos de alta intensidad.


Análisis crítico del enfoque del autor

El libro de Guillermo Pulido destaca por su visión integral y académica de una serie de conceptos militares de vanguardia que, hasta su publicación, apenas se habían tratado en profundidad en español. Su enfoque aporta como principal originalidad la síntesis de múltiples debates doctrinales recientes de EE.UU. (zona gris, multidominio, enjambres, mosaico, etc.) en un solo volumen coherente. Pulido logra “conectar los puntos” entre ideas que a veces se discuten de forma aislada: por ejemplo, relaciona la aparición de tácticas de zona gris con la necesidad de la batalla multidominio, o vincula el concepto mosaico con ganar la carrera tecnológica, hilando un relato lógico de causa-efecto. Esta capacidad de integrar teorías dispersas en un marco comprensible es un aporte valioso para la literatura de estudios estratégicos en español. Asimismo, el autor fundamenta sólidamente sus argumentos en la historia y la teoría: ancla las novedades actuales en antecedentes como la Revolución en Asuntos Militares de los 90 o incluso visiones soviéticas de los 80, mostrando una perspectiva de larga duración que enriquece el análisis. Por ejemplo, al recordar las predicciones de Ogarkov o las doctrinas AirLand Battle, Pulido evita presentar las tendencias presentes como modas pasajeras, y en cambio las enmarca como parte de una evolución continua del pensamiento militar.

En términos de rigurosidad teórica, Pulido adopta un enfoque politológico-estratégico: emplea conceptos de la teoría de la competición estratégica (equilibrios de poder, dilema del innovador, etc.) y analiza los “regímenes técnico-militares” con cierto rigor académico. Esta lente analítica –posiblemente influida por su formación doctoral– aporta profundidad más allá de la simple descripción técnica. El libro está profusamente referenciado, mostrando un esfuerzo de investigación notable; se apoya en fuentes que van desde informes de think-tanks estadounidenses (RAND, CSBA) hasta doctrinas oficiales y literatura académica. Por tanto, el fundamento teórico y documental es sólido, lo que da credibilidad a sus aseveraciones y las sitúa en el contexto adecuado. Por ejemplo, no se limita a mencionar la guerra mosaico, sino que cita las explicaciones de sus creadores en DARPA, y al discutir enjambres referencia las ideas de Arquilla y Ronfeldt, lo que denota un afán de respaldar cada concepto con su origen intelectual.

Una fortaleza del autor es su capacidad pedagógica: define términos esquivos como “zona gris” o “batalla multidominio” que a menudo sufren simplificaciones, y los explora con matices. En palabras de un reseñador, Pulido “desengrana los términos multidominio y mosaico” con claridad y detalle, ofreciendo al lector general una comprensión más profunda de lo que en origen son debates muy especializados. Además, el libro incluye gráficos y esquemas en capítulos como el de enjambres, lo cual facilita la comprensión visual de conceptos complejos. Esto sugiere un genuino esfuerzo didáctico por parte del autor para transmitir ideas difíciles de forma accesible, sin perder rigor.

En cuanto a posibles limitaciones o críticas, cabe mencionar que la obra se centra casi exclusivamente en la perspectiva estadounidense, lo cual era su propósito (tal como indica el subtítulo “el nuevo pensamiento militar estadounidense”). Sin embargo, algunos lectores podrían echar en falta un mayor contraste crítico con fuentes de otras potencias: por ejemplo, ¿tienen China o Rusia doctrinas alternativas que cuestionen las suposiciones de la estrategia de compensación? Pulido sí aborda en cierta medida la respuesta china y rusa (sobre todo en el capítulo 5, al hablar de la carrera de armas), pero el análisis se apoya en gran medida en cómo EE.UU. imagina esa competencia. Esto no resta valor al contenido, pero delimita su alcance: es un estudio del discurso doctrinal de EE.UU. más que una comparación sistemática multi-país.

Otra crítica surgida tras su publicación se refiere a la excesiva novedad atribuida a ciertos conceptos. Por ejemplo, en el capítulo sobre guerra en enjambre, Pulido enfatiza el carácter revolucionario de las tácticas de enjambre, situándolas casi como un parteaguas histórico. Algunos analistas han señalado que esta presentación podría sobrevalorar la novedad del enjambre, dado que formas de ataque coordinado y saturación del enemigo existen desde hace siglos (ejércitos nómadas, tácticas de oleadas humanas, etc.), solo que ahora se ejecutan con drones. Se ha argumentado que el libro parece inscribir la “guerra de enjambres” en una línea temporal que la coloca tras la “guerra de maniobra” de fines del s.XX, cuando en realidad la maniobra y el enjambre no son fases secuenciales sino enfoques concurrentes o recurrentes en la historia. No obstante, esta apreciación puede entenderse más como una cuestión de énfasis: Pulido busca resaltar la importancia futura del enjambre robotizado, y para ello lo contrasta con paradigmas anteriores, aunque es cierto que a veces la frontera entre uno y otro no es absoluta.

Asimismo, podría considerarse que el optimismo tecnológico del autor al exponer conceptos como la guerra mosaico viene acompañado de desafíos que merecerían mayor discusión crítica. Si bien Pulido menciona la inercia institucional y la necesidad de cambios en la industria (capítulo 5), temas como la vulnerabilidad de comunicaciones en redes distribuidas, los riesgos de la autonomía letal o las implicaciones éticas de ejércitos robotizados quizás podrían haberse explorado más. Del mismo modo, la obra en gran medida toma al pie de la letra los planteamientos doctrinales oficiales de EE.UU., dando por supuestas sus premisas (por ejemplo, que la integración multidominio efectivamente dará la ventaja o que la inteligencia artificial será determinante). Una postura más escéptica podría preguntar: ¿y si estas nuevas doctrinas tienen puntos ciegos? ¿Existe el riesgo de que EE.UU. invierta en masa en estas ideas y el adversario las contrarreste con algún enfoque inesperado? Aunque el libro no profundiza en posibles contra-argumentos, su misión principal era exponer el estado del arte doctrinal estadounidense, lo cual cumple con creces.

En balance, el enfoque de Pulido es riguroso y exhaustivo, aun cuando peca de entusiasta en ocasiones. La crítica mayor podría ser simplemente que el terreno cubierto es tan amplio (política estratégica, doctrinas de cuatro servicios, tecnología emergente, teoría militar) que algunos tópicos no puedan analizarse con igual profundidad. Sin embargo, la obra logra un difícil equilibrio: es amplia en contenidos pero mantiene la cohesión, guiada por la idea central de una nueva revolución militar estadounidense. Por ello, se ha valorado como un aporte pionero en la bibliografía en español, a pesar de las naturales discusiones que pueda suscitar cada postura doctrinal específica.


Impacto de la obra en el ámbito estratégico hispano

Desde su publicación a finales de 2021, Guerra multidominio y mosaico ha tenido una recepción muy positiva en los círculos académicos, militares y de difusión en español dedicados a los estudios estratégicos. En España, la obra fue saludada como “una obra sin parangón en nuestro país” por la Revista Ejércitos, especializada en defensa, destacando que trae al debate nacional las discusiones doctrinales más avanzadas de EE.UU. El mismo medio afirmó que el libro “marca un antes y un después” en la literatura estratégica española, llenando un vacío desde los trabajos pioneros de autores como Guillem Colom. Esta afirmación subraya la importancia de disponer en castellano de conceptos complejos que hasta entonces solo se encontraban en fuentes anglosajonas.

En medios académico-militares, la obra también fue objeto de reseñas. Por ejemplo, en la revista Cuadernos de Pensamiento Naval (publicación de la Armada Española), el analista Augusto Conte de los Ríos escribió una recensión del libro en 2022. En dicha reseña se elogia cómo Pulido “desengrana” las nociones de multidominio y mosaico y explica “el nuevo pensamiento militar estadounidense que ya adelantó Nikolai Ogarkov en 1984”, conectando la perspectiva de la obra con la visión histórica de la revolución militar. Esto indica que la comunidad académica reconoció la seriedad del trabajo de Pulido al enlazar doctrinas actuales con teorías estratégicas clásicas. La reseña de Conte situó el libro como referencia para entender los cambios doctrinales en curso, validando su utilidad tanto para profesionales de las Fuerzas Armadas como para investigadores civiles en seguridad y defensa.

En el ámbito militar profesional, es plausible que el libro haya sido incorporado como lectura recomendada en cursos de Estado Mayor y centros de altos estudios de la defensa en España. Si bien no se dispone públicamente de esa información, el hecho de que oficiales españoles (como el coronel Juan C. Martínez Torrijos, en una ponencia del Instituto Español de Estudios Estratégicos) aborden temas de zona gris y multidominio en línea con lo expuesto por Pulido sugiere que la obra está alineada con las inquietudes formativas de las FFAA españolas. Además, la participación mediática del autor —quien ha dado entrevistas en podcasts, conferencias y canales de YouTube sobre estos temas— ha amplificado el impacto. Por ejemplo, Pulido apareció en el popular canal Cosas Militares de YouTube para desgranar las ideas de su libro, acercándolas a un público más amplio de aficionados y personal de defensa; la conversación tuvo notable seguimiento. Esto refleja un interés creciente del público hispanohablante por entender conceptos como la guerra multidominio, interés que el libro vino a satisfacer.

En América Latina, la influencia se ha dado más en círculos especializados que en debates públicos, dado que las realidades de defensa latinoamericanas son diferentes. No obstante, la difusión digital del texto (también disponible en ebook) ha hecho que analistas y oficiales latinoamericanos interesados en tendencias globales lo tomen en cuenta. Plataformas en línea como Grupo Latinoamericano de Estudios Estratégicos o foros de discusión (e.g. Zona Militar en Argentina, Fuerzas Militares en Colombia) han referenciado las doctrinas de tercera compensación, enjambres de drones o EABO, muchas veces apoyándose en material traducido o explicaciones como las de Pulido. Por ejemplo, en Argentina, el blog FDRA replicó artículos sobre bases avanzadas expedicionarias y también cubrió nociones de swarming y multidominio, resonando con el contenido del libro. Esto sugiere que, indirectamente, Guerra multidominio y mosaico ha contribuido a divulgar estos conceptos en la comunidad hispana global.

En suma, el impacto de la obra se evidencia en: 

1) su consideración como lectura imprescindible para militares y estudiosos de estrategia en español; 2) la aparición de sus temas en publicaciones especializadas (reseñas, artículos, debates) poco después de publicada; y 3) un mayor interés general por términos antes casi desconocidos (como “guerra mosaico”), que ahora circulan con más familiaridad en discusiones en nuestro idioma. Cabe destacar que el libro salió apenas unos meses antes del estallido de la guerra de Ucrania (2022), conflicto que rápidamente mostró relevancia de algunos temas tratados (drones kamikaze, uso integral de dominios, etc.). 

Esto hizo que muchos buscaran marcos teóricos para entender dichas innovaciones, y la obra de Pulido estuvo bien posicionada para ofrecer ese marco en español. La coincidencia entre la publicación y los acontecimientos actuales probablemente incrementó su visibilidad e importancia.


La guerra de Ucrania como laboratorio de la nueva guerra algorítmica

El conflicto en Ucrania, iniciado por la invasión rusa en febrero de 2022, se ha convertido en un banco de pruebas excepcional para muchas de las doctrinas y tecnologías descritas por Guillermo Pulido en Guerra multidominio y mosaico. Aunque esta guerra comenzó con componentes convencionales (blindados, artillería, infantería), su evolución ha incorporado en tiempo real elementos de guerra algorítmica, enjambres, multidominio, zona gris e incluso mosaico, demostrando que los conceptos emergentes no son ya teoría: son realidad operativa.

Guerra en enjambre y drones kamikaze. Uno de los elementos más visibles es el uso extensivo y disruptivo de drones, tanto por parte de Ucrania como de Rusia. Ucrania, con apoyo occidental, ha integrado enjambres de UAVs comerciales adaptados, como los DJI reconvertidos en armas improvisadas, o los drones FPV que atacan columnas rusas con agilidad y precisión quirúrgica. En paralelo, Rusia ha desplegado cientos de drones Shahed-136 de origen iraní en salvas masivas, saturando defensas y buscando sobrecargar la resiliencia del sistema ucraniano. La lógica aquí es claramente de enjambre: número, dispersión, simultaneidad, bajo coste y capacidad de adaptación.

Guerra mosaico improvisada. Ucrania ha hecho uso de una forma embrionaria de guerra mosaico. Ante la falta de sistemas pesados y sofisticados, ha integrado múltiples sistemas heterogéneos –drones, artillería, sensores occidentales, software de targeting, redes 5G improvisadas, Starlink para comunicaciones, etc.– en una arquitectura modular y resiliente. No es un diseño doctrinal como el propuesto por DARPA, pero sí una implementación pragmática del principio: mezclar piezas distintas para adaptarse, recomponerse tras pérdidas, y mantener la letalidad distribuida. Cada unidad ucraniana actúa como un nodo con cierta autonomía, guiado por software y geointeligencia, rompiendo el modelo centralizado clásico.

Multidominio en el campo de batalla. El conflicto ha mostrado un uso intensivo de todos los dominios: espacio (con satélites civiles como Planet o Maxar para obtener imágenes de tropas), ciberespacio (con campañas rusas y ucranianas de ataques DDoS, manipulación de información y hackeos), espectro electromagnético (interferencia de señales GPS y comunicaciones), además del dominio físico tradicional. Por ejemplo, la defensa de Kiev combinó maniobras terrestres, inteligencia obtenida por fuentes OSINT, alertas por redes sociales, apoyo aéreo puntual, y bloqueo cibernético, en una operación genuinamente multidominio.

Zona gris en acción. La guerra de Ucrania comenzó realmente antes de 2022, en el espacio difuso de la zona gris. La anexión de Crimea en 2014 se hizo mediante fuerzas sin insignia, manipulación mediática y sabotaje político. Entre 2014 y 2022, Rusia libró una guerra híbrida en el Donbás con proxies, injerencia informativa, cortes energéticos y presión económica. Tras la invasión, las operaciones rusas de desinformación y manipulación narrativa a través de redes sociales han continuado, buscando confundir a la opinión pública internacional y erosionar el apoyo occidental a Ucrania.

Competencia de salvas. Hemos asistido también a la aparición de una guerra de salvas, donde misiles balísticos, drones kamikaze, HIMARS y sistemas antiaéreos modernos como el NASAMS se enfrentan en duelos tecnológicamente avanzados. No se trata ya de guerras de desgaste lineales, sino de micro-intercambios de fuego de alta precisión, donde la velocidad de decisión, la inteligencia artificial en el targeting, y la saturación pueden decantar una batalla.

Gobernanza algorítmica en el frente. El uso de sistemas de targeting y mando-control asistidos por IA y machine learning, junto con la supervisión remota por operadores humanos, plantea también el dilema central de la gobernanza algorítmica que menciona la literatura sobre singularidad tecnológica. Ucrania, por ejemplo, ha utilizado software occidental con capacidades de integración de datos tácticos y análisis predictivo. Esta dependencia de sistemas complejos abre preguntas sobre autonomía, control humano significativo, error algorítmico, y sesgo en los sistemas de decisión. La guerra actual nos coloca así en la frontera entre la automatización militar táctica y la necesidad urgente de marcos éticos y normativos.

La guerra de Ucrania no es solo un conflicto geopolítico. Es una muestra, cruda y urgente, de cómo los conceptos avanzados de guerra del siglo XXI –enjambres, multidominio, mosaico, zona gris, gobernanza algorítmica– ya están aquí. Lejos de ser visiones futuristas, estas doctrinas se despliegan ahora mismo, redefiniendo el carácter de la guerra y el papel del ser humano en ella. La IA no es solo un multiplicador de fuerza: es un catalizador de nuevas formas de conflicto. La pregunta ya no es si la guerra será algorítmica, sino si estamos preparados para controlarla.



Comparación con enfoques doctrinales en EE.UU., China y Rusia

El análisis doctrinal que propone Guillermo Pulido en Guerra Multidominio y Mosaico parte de una lectura profunda del pensamiento estratégico estadounidense más reciente, pero al contrastarlo con los modelos de China y Rusia se revelan tanto coincidencias conceptuales como divergencias operativas que reflejan culturas estratégicas distintas, prioridades geopolíticas específicas y capacidades tecnológicas desiguales.

En el caso de Estados Unidos, las doctrinas descritas por Pulido no son especulativas: son políticas oficiales en plena implementación. Conceptos como Multi-Domain Operations (MDO), Guerra Mosaico o Joint All-Domain Command and Control (JADC2) forman parte del nuevo léxico operativo del Pentágono. El enfoque estadounidense pivota sobre una idea central: si la disuasión convencional ya no garantiza la superioridad frente a potencias como China o Rusia, entonces hay que transformar el modo de hacer la guerra, haciéndola más distribuida, conectada y adaptativa. La apuesta se canaliza por dos vías: reorganización institucional (con nuevos comandos como el Army Futures Command y doctrinas como EABO en los Marines) y desarrollo tecnológico acelerado (con IA, enjambres de drones, plataformas autónomas y sensores interconectados). El objetivo es penetrar los entornos A2/AD enemigos con una mezcla de agilidad táctica, superioridad de redes y dominio de la iniciativa. La lógica es ofensiva, exploratoria, flexible: desplegar capacidades antes de que el adversario pueda cerrar el campo de batalla. EE.UU. no solo piensa en ganar la guerra, sino en que el oponente nunca la empiece, al no ver opciones viables de éxito.

China, por su parte, no utiliza exactamente los mismos términos, pero comparte muchos fundamentos conceptuales. En vez de “multidominio”, habla de “operaciones conjuntas integradas”, que en la práctica buscan el mismo objetivo: una guerra coordinada entre tierra, mar, aire, ciberespacio y espacio exterior. Desde principios del siglo XXI, las Fuerzas Armadas chinas han evolucionado desde la doctrina de guerra informatizada hacia una concepción más avanzada: la guerra inteligentizada, que da un papel protagonista a la inteligencia artificial, los sistemas autónomos y el aprendizaje automático en todos los niveles del combate. China ha invertido intensamente en enjambres de drones, capacidades antisatélite, misiles hipersónicos y guerra cibernética ofensiva, y su conocida estrategia del Assassin’s Mace refleja un pensamiento marcadamente asimétrico: no vencer en todos los frentes, sino golpear en puntos vitales donde puede desarmar la ventaja tecnológica del adversario. La filosofía china actual apunta a desarticular la red de combate enemiga —con ataques selectivos sobre nodos críticos— más que a competir sistema contra sistema. Esto se conecta con la noción doctrinal china de System Destruction Warfare, que propone atacar simultáneamente las capacidades de mando, comunicación, información y percepción del oponente, neutralizándolo como un todo. En cuanto al concepto de zona gris, los chinos han sido pioneros en prácticas de “guerra híbrida permanente”, como el uso de milicias marítimas, coerción económica, manipulación de narrativas internacionales o presencia militar encubierta, en lo que ellos ya anticiparon a finales de los 90 como guerra irrestricta. Su enfoque se puede considerar más defensivo en términos estratégicos —se centra en impedir el acceso del adversario a sus zonas de influencia—, pero no por ello menos sofisticado o disruptivo.

Rusia, en cambio, presenta un patrón doctrinal más fragmentario, heredero tanto de la cultura operacional soviética como de su necesidad contemporánea de compensar carencias estructurales con creatividad estratégica. Desde la reforma militar posterior a la guerra de Georgia (2008), ha emergido lo que en Occidente se ha etiquetado —imprecisamente— como “doctrina Gerásimov”, pero que en realidad representa una amalgama de guerra convencional y no convencional, donde la manipulación del entorno informacional es tan decisiva como los tanques o los misiles. Rusia no habla de guerra mosaico, pero ha demostrado capacidad para combinar múltiples vectores —militares, cibernéticos, económicos y culturales— en conflictos como los de Ucrania o Siria. En términos puramente militares, su doctrina sigue enfatizando la artillería masiva, la defensa escalonada y el uso intensivo de medios de disuasión. Las burbujas A2/AD rusas, basadas en capas superpuestas de misiles (como los S-300/400, Iskander, Kalibr) y guerra electrónica, son las más densas del planeta. Sin embargo, también han comenzado a experimentar con formas más distribuidas y automatizadas de combate: enjambres rudimentarios de drones, vehículos no tripulados terrestres, y operaciones conjuntas integradas a nivel táctico. En la guerra de Ucrania a partir de 2022, Rusia ha utilizado drones suicidas (como los Shahed-136 iraníes) y ha sido víctima, a su vez, de enjambres ucranianos de UAVs improvisados, lo que ha acelerado su inversión en capacidades defensivas específicas contra este tipo de amenazas. A nivel teórico, la red de combate centrada aún no está plenamente articulada como doctrina rusa, aunque figuras como el general Surovikin han planteado ideas que convergen con esa dirección.

En perspectiva comparada, los tres actores reconocen que el entorno de seguridad del siglo XXI exige pensar la guerra como un fenómeno no lineal, multidominio y altamente tecnológico. Pero sus respuestas divergen según su situación estratégica:

  • Estados Unidos proyecta ofensivamente y prioriza redes distribuidas y superioridad informacional.
  • China se enfoca en neutralizar el poder ajeno mediante asimetrías tecnológicas y saturación de capacidades.
  • Rusia combina guerra híbrida con fuerza bruta y capacidad disuasiva, mientras moderniza gradualmente.

Curiosamente, muchas de las ideas más avanzadas del pensamiento occidental actual (guerra en red, precisión, enjambre) tienen su origen en la visión soviética de Ogarkov en los 80. Hoy, ese legado se reinventa en Estados Unidos como guerra mosaico, mientras China lo adapta a su entorno y Rusia lo enfrenta con pragmatismo reactivo. El análisis de Pulido permite entender que no estamos ante una mera innovación táctica, sino ante una transformación de fondo en la manera de concebir la guerra: ya no como choque de masas ni como juego de ajedrez, sino como un sistema dinámico de redes, sensores y decisiones algorítmicas que compiten por dominar el tiempo, el espacio y la percepción.


En conclusión, los enfoques doctrinales de las tres grandes potencias convergen en reconocer que el dominio combinado de todos los ámbitos de guerra y el uso de nuevas tecnologías (IA, robótica, misiles avanzados) serán decisivos. EE.UU. lidera en formalizar conceptos como Multi-Domain Operations y Mosaic Warfare, tratando de mantener su supremacía mediante la iniciativa doctrinal. China adopta muchas de las mismas ideas bajo su propio léxico, con énfasis en negar la superioridad estadounidense y aprovechar su ventaja potencial en número (enjambres, misiles) y velocidad de innovación industrial. Rusia, con menos capacidad económica, ha optado por un mix de métodos híbridos y despliegue de “burbujas” defensivas, aunque también explora la robotización y la guerra en red cuando puede. Las similitudes son notables –todas buscan integración, dispersión y precisión–, pero cada cual las ajusta a sus objetivos estratégicos: EE.UU. para proyectar poder globalmente, China para expulsar a EE.UU. de su perímetro regional y disputarle la primacía, y Rusia para compensar su inferioridad convencional y asegurar sus intereses en su vecindario. La comparación, por tanto, confirma la relevancia de los conceptos estudiados en el libro de Pulido, ya que no son solo teorías estadounidenses, sino reflejo de una tendencia global en la forma de concebir la guerra en el siglo XXI.

Fuentes: El análisis se ha elaborado con base en la estructura y contenido del libro Guerra multidominio y mosaico de G. Pulido Pulido, complementado con referencias doctrinales y reseñas especializadas, entre otras. Se han citado explícitamente fragmentos de textos y artículos relevantes para definir los conceptos clave y respaldar las interpretaciones presentadas. Todas las citas referenciadas corresponden a material público (reseñas, artículos web, documentos académicos) que amplían o contextualizan los puntos tratados en el libro. 


Referencia Libro en Casa Del Libro
https://www.casadellibro.com/libro-guerra-multidominio-y-mosaico/9788413523569/12660125

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